El rol de las mujeres en la política
El rol de las mujeres en la política de EE. UU.
A lo largo de la historia de Estados Unidos, las mujeres han luchado por su derecho a ser consideradas como iguales a los hombres, particularmente en la arena política. Cuando el país se independizó y estableció su Constitución, el rol de las mujeres en la política no era importante: no tenían la opción de votar ni podían aspirar a cargos públicos. El rol de la mujer estaba en el hogar, en mantener un núcleo familiar estable y en la economía doméstica.
En 1848 un grupo de activistas (constituido en su mayoría por mujeres) se unieron para discutir acerca de los derechos de las mujeres. Al final de la jornada, concluyeron que era imperativo otorgar a las mujeres autonomía e identidad política propia a las mujeres para fomentar la igualdad política (History, 2020). Posteriormente, en 1890 se crea la Asociación Nacional de Sufragio de la Mujer Estadounidense liderada por Elizabeth Cady Staton, con el objetivo de lograr el sufragio femenino en todo el país; para entonces, algunos estados ya se les había garantizado a las mujeres el derecho a votar. El sufragio universal se aprobó el 18 de agosto de 1920 por medio de la Enmienda 19ª a la Constitución (1920). La enmienda reconoce que “El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos al sufragio no podrá ser denegado o coartado a causa del sexo, ni por los Estados Unidos ni por ningún Estado”.
Sumado a lo mencionado anteriormente, unos años antes de la ratificación de la enmienda, en 1916, Jeannette Rankin fue la primera mujer elegida al Congreso por el Estado de Montana, lo que marcó un gran paso para las mujeres en la participación e identidad política. Cien años han pasado desde que fue aprobada la Enmienda 19ª, resultado de movimientos constantes, con el ideal de la igualdad de trasfondo, liderado por dos mujeres a la cabeza de estos, Elizabeth Cady Stanon y Susan B. Anthony.
Mujeres Influyentes
Ahora bien, la política estadounidense ha tenido mujeres influyentes e importantes que lograron hechos valiosos en la lucha de la igualdad. Dentro de estas líderes se destaca Diane Nash, fundadora del movimiento estudiantil por los derechos civiles, quien trabajó en contra de la segregación electoral, abogando para que no se les impidiera a los afroamericanos registrarse y votar en elecciones estatales y presidenciales.
Shirley Chisholm, la primera mujer afroamericana en lanzarse como candidata a la presidencia de los Estados Unidos con el Partido Demócrata, fue la representante del Estado de New York en la cámara de representantes por el mismo partido. Chisholm siempre defendió los derechos de las mujeres y de las minorías.
Geraldine Ferraro fue la primera mujer que se postuló como candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos; durante su tiempo como representante a la Cámara en el Congreso por el Partido Demócrata, su atención estuvo en la equidad de las mujeres en el mercado laboral por lo que luchó por igualdad salarial y pensional.
Condoleezza Rice, quien fue Secretaria de Estado de Estados Unidos y Asesora de Seguridad Nacional en la presidencia de George W. Bush, pertenece al Partido Republicano y durante su carrera política se concentró en la política exterior y migratoria de Estados Unidos.
Hillary Clinton, la más reciente candidata a la presidencia por el Partido Demócrata en 2016, logró inspirar a muchos jóvenes y mujeres.
Kamala Harris fue senadora de California y actualmente es candidata a la vicepresidencia de los Estados Unidos por el Partido Demócrata, su trabajo se ha enfocado en varias reformas (salud, migración, fiscal).
Finalmente, Ruth Bader Ginsburg, fue jueza de la Corte Suprema e ícono feminista y progresista. Dado su compromiso con la igualdad y la justicia, luchó durante más de 10 años en la Corte por los derechos de las mujeres, la integración social y el derecho al aborto. Ginsburg inspiró a muchas generaciones de mujeres para seguir luchando por la equidad de género en un país con altas brechas de género en diferentes áreas de la vida sociopolítica.
Las mujeres en la Casa Blanca
A día de hoy, el mundo no ha experimentado que una mujer ejerza el cargo de Presidente de EEUU, así como tampoco la Vicepresidencia. El rastro de las mujeres en la Casa Blanca ha estado determinado por cargos en los que sobresalen las altas consejerías presidenciales - como Valerie Jarrett en el gobierno de Obama - y la figura de la primera dama, quienes históricamente han sido emblemáticas para la población estadounidense y cuyo papel hoy implica una presencia activa en eventos diplomáticos, de campaña, actividades benéficas e incluso la fijación de su propia agenda social. Esto último recuerda la noción de la primera dama como activista con gran capacidad de acción, idea que surgió con Betty Ford, quien expresó que el trabajo de su esposo no le impediría ser ella misma y que no estaría en silencio, asimismo invitaba a las mujeres a seguir su ejemplo, llegando a involucrarse en actividades de cabildeo por la igualdad de derechos para las mujeres. Dicha noción es apreciable en Michelle Obama, la ex-primera dama, quien contaba con un equipo de 18 colaboradores y que representaron un costo de 1,5 millones de dólares en el año 2010, mientras que con la actual Primera Dama, Melania Trump, evidenciamos una contracción en este sentido con un equipo de apenas cuatro colaboradores.
La Casa Blanca lleva una bitácora oficial sobre las 47 primeras damas que ha habido en la historia de la nación y qué de su ejercicio en particular es emblemático en la memoria del país. Así las cosas, Kamala Harris, la actual fórmula Vicepresidencial del candidato demócrata, Joe Biden, representa la posibilidad de abrir una bitácora histórica en la que la participación de la mujer en la Casa Blanca alcance, después de 244 años de república, instancias vicepresidenciales.
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